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La desoladora realidad de los ríos dominicanos

Mientras la atención pública se enfoca en problemas relacionados con el cambio climático y el desperdicio de agua, un problema grave y apremiante persiste en la sombra: la desecación de los ríos dominicanos debido al poco interés del Estado en la reforestación de sus cuencas altas. A lo largo y ancho del país, desde las provincias donde nacen importantes ríos como el Yaque del Norte, Yuna, Yaque del Sur, Ozama, Nizao, Artibonito y otros de gran caudal, se evidencia una alarmante reducción en su corriente que amenaza la supervivencia de comunidades enteras.

Las imágenes de cauces de ríos que antes fluían con fuerza y vitalidad, ahora se asemejan a lechos secos y polvorientos. La agricultura y la ganadería, sin una regulación efectiva, están consumiendo sin piedad los recursos hídricos que alguna vez fueron abundantes. Sin embargo, el problema radica no solo en las prácticas agrícolas y ganaderas, sino en la falta de una respuesta adecuada por parte de los pueblos, gobierno y autoridades locales.

La reforestación de las cuencas altas es una medida crítica para preservar la salud de nuestros ríos y, por ende, la supervivencia de las comunidades que dependen de ellos. Sin embargo, el gobierno ha permanecido sorprendentemente silencioso sobre este asunto, y las acciones son prácticamente inexistentes. No se ha lanzado una campaña agresiva para plantar las especies adecuadas en las zonas de nacimiento de los acuíferos más importantes de la República Dominicana.

Este problema no es nuevo, pero se ha agravado en los últimos años debido a la falta de atención y recursos. Las comunidades que dependen de estos ríos se enfrentan a una crisis de agua que afecta la agricultura, la ganadería y el abastecimiento de agua potable para sus habitantes.

¿Dónde están las voces de los líderes ambientales y comunitarios? ¿Por qué no se hace referencia a este tema para que se tomen las medidas concretas para abordar esta crisis? Estas son preguntas que resuenan en la mente de muchos dominicanos preocupados que ven cómo los ríos, que son la columna vertebral de diversos sectores sociales, se están secando ante la inacción de quienes tienen el poder de hacer algo al respecto.

La reforestación de las cuencas altas de los ríos no solo es un asunto medioambiental, sino también una cuestión de seguridad nacional y bienestar social. Si no se toman medidas inmediatas, el futuro de la República Dominicana se verá amenazado por la falta de agua, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad.

Es hora de que el gobierno, las autoridades locales y la población en general dejen de ignorar este problema urgente y comiencen a tomar medidas concretas para proteger nuestros ríos y las comunidades que dependen de ellos. La reforestación de las cuencas altas debe convertirse en una prioridad nacional, respaldada por una acción decisiva y recursos adecuados. El silencio ya no es una opción; el futuro de nuestros ríos y nuestra nación está en juego.

Estudió Realización y Dirección de Documentales en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, Cuba.

Comunicación social en la Universidad Dominicana O&M.

Comunicación digital en la Universidad Abierta Para Adultos (UAPA).

Diplomado en periodismo ambiental por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).

Experto en producción de proyectos audiovisuales, programas de TV y Radio, montaje audiovisual, dirección de fotografía y redacción de guión.

Ha trabajado como periodista para importantes medios de comunicación cómo: Nuria Investigación Periodística, Telenoticias emisión estelar, Telesistema Canal 11, y Telefuturo Canal 23.

Actualmente es coordinador del departamento de audiovisuales del Tribunal Constitucional y presentador del espacio televisivo “La Voz del Tribunal Constitucional”.

Fuente: Eco Verdad

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