Crisis haitiana, una mirada desde el otro lado de la isla
Durante décadas, Haití ha sido impactado ferozmente por una crisis sociopolítica interminable, la institucionalidad se ha ausentado desde el golpe de Estado propiciado por la milicia haitiana, en complicidad con grupos internacionales, vulnerando la soberanía de ese país que también ha sentido la furia de la naturaleza como complemento a su desgracia gradual.
Esta crisis evoluciona rápidamente, la muerte de su presidente, Jovenel Moise, caso misterioso y con vestigios que impiden una investigación creíble han sepultado a su población, que actualmente es controlada por bandas armadas, de forma caótica.
Esto ha generado una desbordada migración irregular a República Dominicana, desequilibrando el ecosistema habitual debido a que se trata de dos razas con costumbres y culturas diferentes al extremo.
Los modelos económicos, étnicos y sociales han sido alterados, al punto que la población dominicana ha alzado voces para que se frene el desorden institucionalizado que ha permitido el establecimiento de asentamientos completos en zonas puntuales de este país.
“Hay áreas de barrios tomadas, donde quiera se improvisan mercados; dondequiera hay una situación impropia. Ocupan inmuebles abandonados y nadie reacciona; en las calles todavía usted encuentra en las esquinas mujeres con niños en los brazos, de alguna manera constituyéndose en una carga para el Estado, cosa que no se permite en ninguna parte del mundo”, sostuvo Wilson Gómez, presidente del Instituto Duartiano y una de las voces que se mantienen reclamando al Estado, el freno de esta situación.
República Dominicana ha establecido mecanismos para elevar la queja ante los líderes mundiales, pero a la actualidad ha encontrado escaso apoyo.
“Esos son lo que desde hace muchos años trabajan contra de República Dominicana y millones de dominicanos. Ellos entienden que hay una solución dominicana al problema haitiano y que si hay un posible conflicto en la isla lo van a resolver con la fórmula: haitianos aquí dominicanos fuera”, así explica el jurista Pelegrín Castillo, quien ha mantenido una retórica contundente ante la negativa de la comunidad internacional al conflicto haitiano.
Es difícil establecer la cantidad de indocumentados extranjeros, el censo poblacional más reciente se realizó en 2010, ese año fue catastrófico para Haití, un terremoto de siete grados desoló su capital. El éxodo en busca de mejores escenarios se incrementó en busca de mejores oportunidades.
Desde entonces el escenario ha sido anárquico.