La reina Isabel II de Inglaterra da positivo en Covid y tiene “síntomas leves”
Isabel II, de 95 años, estuvo en contacto con su hijo el príncipe Carlos, dos días antes de que éste diera positivo en coronavirus
La reina Isabel II ha dado positivo en el test del Covid y tiene “síntomas como los de un resfriado suave”, según ha anunciado el Palacio de Buckingham. La confirmación llega al cabo de 10 días de que el Príncipe Carlos diera positivo, tras haber visitado a su madre en el castillo de Windsor 48 horas antes.
La monarca de 95 años, que el lunes pasado volvió a la actividad habitual tras el paréntesis de las celebraciones del Jubileo de Platino por sus 70 años en la corona, planea seguir adelante con una “agenda ligera” a pesar de haber contraído la enfermedad, según el comunicado oficial.
“Su Majestad continuará recibiendo atención médica y seguirá las reglas de una manera apropiada”, concluye la escueta nota de prensa del Palacio de Buckingham, criticado por el silencio mantenido durante días tras los “positivos” del príncipe Carlos y de su esposa Camilla.
La noticia se produce apenas 24 horas antes del levantamiento casi total de las restricciones a cargo del ‘premier’ Boris Johnson, que tiene previsto anunciar el lunes su nueva estrategia, “Aprendiendo a vivir con el Covid”. Los casos diarios siguen descendiendo en el Reino Unido (34.377) y también la muertes (128) y las hospitalizaciones.
Horas antes de que se confirmara el “positivo” de la reina, Johnson urgió a los británicos a “tener confianza y volver a las oficinas” a partir del próximo jueves, rebautizado como el Covid Freedom Day (“Día de Libertad del Covid”) por los tabloides conservadores británicos.
Todas las reglas -incluida la cuarentena en caso de dar positivo- quedarán suprimidas en Inglaterra, al igual que el programa de test masivos que cuesta 2.400 millones de euros al mes. “Estamos en un mundo diferente”, proclamó el ‘premier’, criticado por la oposición laborista de oportunismo político para desviar la atención del escándalo del Partygate.
Varios científicos del grupo SAGE que asesora al Gobierno han dado sin embargo la voz de alarma ante el levantamiento prematuro de las restricciones y han advertido que no se descarta que puedan aparecer en los próximos meses nuevas variantes más agresivas que la Ómicron.
La confirmación del “positivo” de Isabel II ha reactivado las críticas en los medios británicos contra el secretismo del Palacio de Buckingham, que el pasado mes de octubre ocultó que durante varios días que la reina pasó una noche en el hospital por recomendación médica y ante visibles síntomas de cansancio.
La monarca suspendió durante más de dos meses su agenda oficial, limitó su actividad diaria y despachó virtualmente, como lo hizo durante las restricciones del Covid. El pasado 15 de febrero, el embajador de España en Reino Unido, José Pascual Marco Martínez, presentó de hecho sus credenciales ante la reina, de forma virtual y desde el palacio de Buckingham.
Ese mismo día se publicaron fotos oficiales y un breve vídeo de Isabel II, con un bastón en la mano mientras despachaba en Windsor con el nuevo secretario de los Servicios de Defensa, general Eldon Millar. A la pregunta de cómo se siente, la reina reconoció implícitamente su fragilidad y señaló a su pierna izquierda: “Como podéis ver, no me puedo mover”.
Las especulaciones sobre su estado de salud volvieron a dispararse esta semana. Desde el inicio de la pandemia, Isabel II decidió aislare en el castillo de Windsor, donde pasó los confinamientos en compañía de Felipe de Edimburgo, hasta su muerte en abril del año pasado.
La reina pasó recientemente varios días en su residencia de Sandringham, donde celebró el Jubileo de Platino el 6 febrero. El 8 de febrero, de vuelta en Windsor, recibió la visita de su hijo Carlos, que dos días después dio “positivo” (y por segunda vez) en el test del Covid. Isabel II recibió la primera vacuna en enero del 2021 y se supone que la segunda en octubre, y también la tercera de refuerzo, aunque el palacio de Buckingham no lo ha confirmado y ha defendido en más de una ocasión el “derecho a la privacidad médica” de la monarca.