Juntos para siempre: la historia de Eng y Chang Bunker

La verdad poco halagadora contada por Gerry enfureció a su manager, James Hale, quien finalmente renunció por el incidente. Con su reputación ahora empañada, los hermanos consiguieron un nuevo manager, un amigo de James Hale, llamado Charles Harris. Justo cuando Harris comenzó a reparar el daño del primer incidente, estalló otro polémico altercado.

Además, su acto incluía panfletos que documentaban todos los estudios previos realizados por algunos de los médicos más reconocidos del país. No había más preguntas que responder, ni pruebas que realizar, todo estaba allí para que el público lo viera. Aunque intentaron ignorar al odioso médico, finalmente se volvieron hacia él y le dijeron un rotundo “NO”.

Y, una vez más, sus instintos los metieron en problemas. El caos que siguió a la pelea causó daños en la ciudad. Necesitando a alguien a quien culpar, los funcionarios de Alabama afirmaron que la precipitada salida del escenario de los gemelos demostraba que eran culpables, y aseguraron: “Sin duda fueron ellos los primeros en perturbar la paz”. Un mes después del primer incidente, Chang y Eng estaban nuevamente pagando una multa por su libertad.

Desafortunadamente, Charles Harris no pudo hacer nada frente al complejo de superioridad de los Coffins. Si bien los gemelos creían que formaban parte de una sociedad comercial, los Coffin en realidad veían a los hermanos como subordinados, y los traban en consecuencia. Se veían obligados a actuar cuando estaban enfermos, tenían responsabilidades adicionales mientras Abel estaba fuera, y constantemente debían dormir en las habitaciones de los sirvientes sin su conocimiento. Los hermanos Bunker ahora se estaban dando cuenta de todo y era hora de cortar lazos.

Temiendo quedarse con los Coffin para siempre, los dos hombres tomaron el asunto en sus propias manos y escaparon en secreto. Como seguramente puedes imaginar, cuando Abel Coffin finalmente llegó a casa, en julio de 1832, se sorprendió al descubrir que sus preciadas posesiones no se encontraban por ninguna parte. El acto más lucrativo de Coffin se había desvanecido y él estaba furioso.

El manager admitió más tarde que se enfureció cuando se encontró cara a cara con los hermanos, asegurando que les dio la peor “paliza que jamás hayan tenido en sus vidas”. No es sorprendente que su estrategia haya fracasado; Chang y Eng se negaron rotundamente a volver a su antigua vida bajo su tutela. Coffin hizo que el encuentro pareciera mucho más civilizado en una carta a su esposa, escribiendo: “Hemos hablado mucho; parecen sentirse liberados de mí”.

Aunque ahora tenían el control creativo completo de su acto, sus corazones no estaban allí. Chang y Eng estaban cansados de ser los “fenómenos” a los que los extraños miraban boquiabiertos; la etiqueta de “rareza humana” les molestaba cada vez que se anunciaba. A pesar de su popularidad, los hermanos decidieron que era hora de usar su riqueza ganada con tanto esfuerzo para vivir una vida normal y feliz. Por eso, en octubre de 1839, los gemelos se despidieron del escenario y se mudaron a una granja de 60 hectáreas que compraron en el condado de Wilkes, en Carolina del Norte.

Aunque se trataba de una ley federal implementada en 1790, los gobiernos locales tendían a eludir el estatuto en caso de que se presentara un candidato digno. Gracias a sus conexiones en la sociedad de Wilkes, iniciaron una incipiente amistad con el secretario superior del condado, James W. Gwynn, quien accedió a gestionar su solicitud. Todo lo que necesitaban ahora era un apellido. En una decisión apresurada, los hombres eligieron el nombre Bunker, en honor a un amigo que conocieron en Nueva York.

Debido a que su círculo social estaba compuesto por hombres sureños blancos y ricos, Chang y Eng siguieron su ejemplo y compraron 30 esclavos para trabajar sus tierras. Los hermanos que una vez habían luchado para disipar los rumores de su propia esclavitud, ahora estaban muy involucrados en el comercio de seres humanos. Aunque asumieron que su nuevo estatus de propietarios de esclavos los elevaría en las filas de la sociedad de Carolina del Norte, los gemelos rápidamente entendieron que jamás se los consideraría como iguales.

Si bien los hermanos acordaron que habían encontrado el amor, Chang y Eng pronto se dieron cuenta de que ambos se habían enamorado de Sarah. Como gemelos, obviamente eran muy cercanos; aun así, casarse con la misma mujer estaba fuera de discusión. Entonces, Chang se decidió por Adelaide, sabiendo que Sarah estaba más interesada en su hermano. Una vez que anunciaron sus planes de matrimonio, la respuesta de la comunidad fue completamente inesperada.

En los días previos a la boda, el padre de Sarah y Adelaide comenzó a recibir amenazas de que sus cultivos serían quemados si no “controlaba a sus hijas”. Luego, la noche antes de que las parejas caminaran hacia el altar, un grupo de hombres rompió las ventanas de la casa de los Yate. A pesar de las amenazas y la violencia, ambas parejas dijeron “sí, quiero”, el 13 de abril de 1843.

Aparentemente, su arreglo para “dormir” funcionó, ya que ambas mujeres tuvieron muchos hijos. Los primeros bebés del clan Bunker nacieron con seis días de diferencia; Sarah dio la bienvenida a su hijo, el 10 de febrero de 1844, y Adelaide, dio a luz al suyo, el 16 de febrero. Y los niños siguieron llegando a lo largo de sus matrimonios: Chang y Adelaide tuvieron diez hijos, mientras que Eng y Sarah tuvieron once.

Aunque rezaban por encontrar un cirujano que se animara a realizar la arriesgada operación, todos los médicos a los que veían rechazaban su propuesta debido al riesgo inminente de muerte. A pesar de los peligros asociados con la cirugía, Chang y Eng nunca perdieron la esperanza.