La República

Delincuencia auspiciada

Una vigilancia que favorece a los que deben ser fiscalizados. Las patrullas de la policía transitan las peligrosas calles de Santo Domingo Norte. Pasan por las viviendas y guaridas de los hombres más buscados acusados de crímenes y delitos de categoría procesal, sin embargo, se les dificulta encontrarlos, además, semantienen en franca operacion a la vista y la queja de todos.

Desde el inicio del segundo semestre de este 2022 que se va con la brisa, el recrudecimiento de la delincuencia y enfrentamiento entre bandas armadas ha dominado el escenario de las barriadas de la zona norte de Santo Domingo, sin que se cuente con éxito una historia a favor de la población que se ve obligada a cerrar negocios y escuelas por las balaceras que surgen repentinamente por disputas territoriales entre micro traficantes de narcóticos.

La queja siempre es igual, tras consultar en diferentes escenarios a los comunitarios de las zonas en la línea de fuego de las pandillas, afirman que los malhechores tienen el respaldo pleno de las autoridades de ley y orden del municipio, al punto que dogmatizan estar seguros de que esos oficiales lo hacen por beneficio económico, aunque el riesgo para la población sea catastrófico.

Periódicamente los agentes asignados a la legación policial regional son removidos motivados por escándalos que vinculan a las bandas patrocinadas por el narcotráfico. Un caso reciente investigado por el cuerpo civil armado es el de un raso adscrito al destacamento de prófugos H3 general Suarez Cordero que murió baleado por individuos que se dedican al crimen organizado tras un confuso incidente en el sector La Mina, zona de operación de los agresores, el hecho sangriento, quedó sin una explicación favorable hasta la fecha, al igual que otros donde han sido asesinadas múltiples personas del sector los Guaricanos pese a las denuncias de los parientes de las víctimas.

La vigilancia, aunque escasa según los consultados, se mantiene en las principales vías de las superpobladas barriadas del Santo Domingo Norte, los casos delictivos siguen en aumento al igual que los enfrentamientos entre bandas armadas que se disputan los territorios, aumentando la incertidumbre de esos sectores que consideran hay complicidad entre la ley y el delito.

Por otro lado, el gobierno, golpeado por las críticas y el grito desesperado de la sociedad se mantiene anunciando reformas para mejorar la crisis de inseguridad que agobia a cada punto del país, hasta tanto se logre, residentes en zonas como Villa Mella y Guaricano, estarán condenados a cerrar negocios y escuelas por los enfrentamientos armados para preservar su seguridad y sus vidas.

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