Ciencia

¿EL FIN DE LOS RITOS FUNERARIOS?

Qué haremos con los muertos en el espacio y otros planetas

Los procesos de descomposición de los humanos en la Tierra están sobradamente documentados. En el espacio y otros planetas son muy diferentes

POR JESÚS DÍAZ
Con la carrera espacial 2.0 en pleno lanzamiento, pronto tendremos que enfrentarnos a la desgracia de la muerte humana en el espacio. La parca es inevitable aquí o en cualquier parte pero nos visitará con más frecuencia fuera de la Tierra debido a las condiciones extremas que rigen en el vacío o en la superficie lunas, asteroides y planeta.

Los procesos que regularán el cuerpo humano después de su muerte en el espacio son ahora desconocidos pero podemos hacernos una idea de qué pasará basándonos en lo que sucede en la Tierra bajo diferentes circunstancias medioambientales. Y, sobre todo, debemos responder una pregunta clave: ¿qué debemos hacer con los muertos fuera de nuestro planeta?

Procesos extraños
Tim Thompson — decano del colegio de ciencias de la vida y la salud de la Universidad de Teesside — realiza varias hipótesis sobre los procesos postmortem en The Conversation después de hacer un repaso sobre las fases en la Tierra, desde que el cuerpo empieza a descomponerse en el momento en que la sangre deja de fluir por nuestra venas.

Sin el impulso del corazón, apunta Thompson, el plasma se acumula en la fase de livor mortis, perdiendo su temperatura hasta que entra en el algor mortis. La acumulación de calcio en los músculos los endurecen, causando la conocida fase de rigor mortis. Las enzimas comienzan a descomponer las paredes celulares y las bacterias de nuestros intestinos comienzan a devorarnos. Dependiendo de la temperatura y humedad ambiental, los insectos y los animales presentes, el cuerpo sufre diferentes destinos a diferentes velocidades hasta que el tejido blando desaparece. Generalmente, afirma Thompson,‘sólo quedan los huesos durante miles de años’.

Michael Collins leyendo un manual o pensando en qué pasará si se queda tirado en órbita lunar para siempre
Pero en el espacio cambia todo. Primero, describe el también profesor de antropología biológica aplicada, el livor mortis no funcionará igual porque la gravedad será diferente o inexistente. La bacteria que nos devore puede no tener acceso a oxígeno, por lo que el proceso de putrefacción será mucho más lento, recalca.

Thompson también describe que no habrá insectos o microbios en muchas lunas, planetas y asteroides, algo que, junto con la posible ausencia de atmósfera, ayudaría a preservar los tejidos casi intactos. Más fascinante todavía es la posibilidad de que en algunos planetas de suelo muy acídico, el material inorgánico que estructura los huesos podría desaparecer, dejando sólo cuerpos blandengues, que diría el Fary. En el caso de planetas con atmósferas secas como Marte, podríamos acabar con cuerpos momificados. Los cambios extremos de temperaturas entre el día y la noche en muchos planetas también afectaría radicalmente el post mortem, asegura Thompson, causando una aceleración en la desintegración de los tejidos.

Los ritos funerarios no tienen lógica en el espacio
Pero todas estas hipótesis asumen que los cuerpos serían dejados en el vacío espacial o tirados en cualquier parte, algo que sin duda sucederá más de una vez pero no siempre.

El fin de los entierros
A medida que Elon Musk, la NASA o China incrementen la frecuencia de las misiones espaciales y funden bases en órbita o en suelo extraterrestre, nos tendremos que enfrentar no a lo que le pase a los muertos sino a qué hacer con ellos. Thompson no entra más allá de sugerir que deberíamos pensar en alternativas funerarias que no consuman mucha energía.

En entornos críticos en los que cada gota de combustible y electricidad puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de los que sobrevivan en estas misiones, enterrar, incinerar o lanzar cuerpos al espacio no sólo es imposible sino además una pérdida de recursos.

La opción más lógica será el reciclaje de los muertos, por lo menos en las primeras décadas de los asentamientos en Marte y otros cuerpos celestes
Puede sonar macabro, pero la opción más lógica es el reciclaje. Igual que en la Tierra los animales entran dentro del círculo de la vida al morir como material orgánico e inorgánico que sirve para que otras formas de vida crezcan, lo mismo debería suceder en el espacio para la superviviencia de los humanos y los cultivos en colonias extraterrestres.

Obviamente no se trataría de comer filete de astronauta pero sí reciclar los cuerpos para que se aproveche hasta la última molécula y kilocaloría mediante procesos controlados de descomposición. Hasta que terraformemos otros lugares, será la única manera de que la muerte tenga sentido y la vida siga floreciendo en entornos hostiles.

 

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